la foto es de Robb Debenport, tomada de www.debenport.com
Para mí "poseer a una mujer" es la posibilidad de adentrarme en la intimidad de su alma a través de la intimidad sexual. No quiero sólo abrirle las piernas y penetrarla: quiero entrar en ella cabalmente, fundirme en sus secretos al hacerle el amor, conocerla enteramente y apreciar esos secretos que sólo muestra una mujer cuando se apasiona y gracias al placer libera sus tabúes y miedos. Gozar de ella y con ella en los planos físico y espiritual.

lunes, 12 de octubre de 2009

Remembranzas

a falta de inspiración nueva...

me refritearé el primer intento de haiku que tuve en mi vida, jeje

no se fijen en que la métrica 5-7-5 está completamente ausente
sino en que fue el primer atisbo de mirar el mundo como lo hacen los haijin:

Mullidas firmezas
como panes lejanos
tus senos añoro

lunes, 3 de agosto de 2009

Fascinación

"Eres tan linda"...
y luego enmudezco
por tu desnudez

lunes, 29 de junio de 2009

escena

vista sublime
tu falda a contraluz
placer presagia

viernes, 15 de mayo de 2009

Hoy no!

Hoy no veré tus senos balancearse suavemente sobre mi pecho por el impulso de tu cadera ansiosa, mientras tus pezones endurecidos buscan afanosamente mis labios.

Hoy no quiero mirar como tus labios se proyectan hacia adelante justo antes de que el éxtasis los distienda entreabriéndolos para dejar escapar ése tu reclamo tan musical y único.

¿Te dije que tampoco me apetece la imagen de tus ojos entrecerrados dejando ver un poco de blanco bajo tus pupilas marrones y brillosas mientras te concentras en la inminencia de tus orgasmos? Y hoy no has de paladear en mi boca el sabor de tu sexo, ni te contemplaré al momento en que te incorpores arqueándote contra mis muslos para exponerte plena a mi mirada y a mis manos, haciéndome alcanzar el límite de los ángulos que puede asumir mi pene erecto sin abandonar tu guarida, con esa sabiduría con que me depositas en el límite entre el placer máximo y el dolor.

¿Sabes? ni siquiera me incita sostener tu cabeza a la altura de mis ingles mientras tu lengua y tus manos liberan la represión de mis palabras. Mucho menos que entremos juntos a la ducha tibia para enjabonarnos el cuerpo y el alma.

Prescindiré del todo de la belleza de tu rostro y de tu busto. Hoy no te dejaré hacer travesuras, no te permitiré sorprenderme con tus variaciones.

Hoy no.

Porque hoy es mi día. Hoy quiero ser egoísta.

Por eso en cuanto cruzaste mi puerta te vendé los ojos con una pañoleta, por eso hice que permanecieras de pie apoyando los codos en la mesa y mis dedos recorrieron tu espalda para curvarla justo en la cintura. Ah, te advierto que tras esta caricia saldrán de la escena. Será su única intervención importante, no esperes que se alternen a ambos lados de tu clítoris con la cadencia que tanto les aprecias, ni que rodeen tus areolas jugando a las escondidillas con tus pezones magníficos.

Ten confianza, seré cuidadoso. Me hinco tras de ti, muerdo el dobladillo de tu falda y la voy levantando, haciendo que mi barbilla surque la parte interna de tus muslos. Lo haga tan lento que mis palmas se adelantan para llenarse en tus curvas, en tu cadera bien torneada, con tus nalgas únicas.

Llego a la cima, me levanto y doy tres pasos atrás para admirar el gusto que tienes para la lencería y adivino tras tus prendas los relieves, surcos y pliegues que tan bien conozco y me siguen asombrando. Pero también es hora de que esas ropas abandonen el escenario, aunque aún tiene en un papel que cumplir: quedarse entre tus tobillos para impedirte la huida. Allí las dejo, justo arriba de tus zapatillas e inicio nuevamente el ascenso, pero ahora es mi lengua la que asume el rol protagónico: pasea por los senderos que antes recorriera la barbilla. Sube y baja, besa los pliegues de las pantorrillas, brinca de un lado al otro hasta llegar al punto de unión de tus piernas.

No la detengo, ella ahora merece ser la primera en bucear tus profundidades, para eso sabe hacer a un lado los pliegues que te resguardan, los recorre hasta donde confluyen resguardando la pequeña seta roja, la paladea, la succiona, se deleita con su aroma, devora esa amanita deliciosa.

Shhhh, no digas nada...

Que ya estoy listo, de pie tras de ti. Quiero poseerte ahora. Mi sexo está ansioso de tu sexo. Pero lo refreno apenas empieza su recorrido, lo retraigo, hago que memorice la forma en que lo arropas apenas entra y el sonido que protesta su salida, una y otra vez.

Que no se estremezcan tus piernas...

Porque ahora recorreré tu interior en su totalidad. quiero sentir como te aferras a mi virilidad desatada, como me aprisionas y tratas de retenerme. Mientras, yo te sostengo por la cadera, te impulso de adelante hacia atrás sincronizando mi movimiento con el que le doy a tu cuerpo. Y mis ojos se vuelven a llenar de ti, no dejo de verte, de olerte, de gozarte, de imponerte mi ritmo.

Y ahora no refrenaré mi orgasmo, ya lo siento venir. Sobreviene de a poco, anunciando su grandeza, como todos los que he alcanzado contigo. Pero permaneceré dentro, hasta que no me expulses, porque quiero sentirte aún como me presionas, como te adueñas de mí.

Mientras, permanece en silencio.

Porque hoy quiero ser egoísta. Hoy es mi día.

miércoles, 22 de abril de 2009

¿tú besas cuando haces el amor?

--Y ahora te leo, del Ciclo Carolingio, Romance del conde Claros:
(Habla Claraniña, hija de Carlomagno):

"Siempre os preciasteis, conde, de las damas os burlar.
Mas déjame ir a los baños, a los baños a bañar;
cuando yo sea bañada estoy a vuestro mandar.
...
"Tomárala por la mano, para un vergel se van.
A la sombra de un ciprés, debajo de un rosal,
de la cintura arriba, tan dulces besos se dan,
de la cintura abajo como hombre y mujer se han.

---¿Cómo te los imaginas?, porque ella debió traer una faldototota... Por cierto, ¿tú besas cuando haces el amor?
--Mmmmm, ahora que lo pienso, no. Al menos no en los labios; antes y después sí, pero no durante: prefiero usar la boca de otro modo.
---No te pondrás a cantar, ¿o sí?
--A cantar no, pero a veces cuento chistes.
---Si son de esos que normalmente cuentas, ¡qué horror! ¿Te tomaste en serio aquello de que "las mujeres buscamos quien nos haga reír"?
--Para eso recurro a otros métodos...
---¡No sigas!, cambiemos de tema.
--Tú empezaste. Es curioso; en los años que llevamos siendo amigos rara vez hablamos de temas íntimos.
---Quizá sea por eso, aunque muchos sigan pensando que soy tu amante más duradera.
--A mí también me preguntan cómo hago para que no te enceles; nadie cree que nunca hubo nada entre nosotros.
---¿Cómo iban a pensar otra cosa, si en vez de irte de juerga con los crápulas del salón te la pasabas en el cine conmigo?
--Sabes que si hay algo que me deprime es ver a una prostituta esperando cliente. No entiendo cómo pueden excitarse viendo mujeres en un anaquel.
---Pues tu colección de Play Boy está siempre al día.
--Eso es distinto, es como admirar esculturas.
---Querrás decir "esculturas de silicón", la mayoría de ellas son sintéticas.
--Pues las sintetizaron muy bien.
---Ya que hablamos de esto, nunca he entendido por qué eres tan mujeriego. Al principio me hiciste dudar de mi feminidad: soy la única a la que no has tratado de seducir.
--No exageres. Y que seas mi amiga no me impide verte como mujer. Siempre he sospechado que tienes muy bonitos senos.
---¿Crees que no he sentido tu mirada en mi escote? Haces que recuerde la primera vez que me invitaste a comer. Como conocía tu fama antes que a ti, tenía curiosidad de ver cómo me engatusarías para llevarme a la cama.
--Ése nunca ha sido mi estilo. Prefiero "crear ambiente" donde no haya que decir nada. Tampoco me gusta que me presionen.
---¿Por eso nunca le hiciste caso a Silvia? La pobre siempre derrapó por tus huesos. ¿O vas a negar que le estuviste huyendo toda la noche de la graduación para que no se sentara en tus piernas?
--Ahora soy yo el que pide cambiar de tema.
---¿Por qué? Silvia hasta es guapa y tiene un derriere envidiable. Te lo digo yo que no ando nada mal en ese rubro. Por lo que he visto, te inclinas más por las de mucha curva en la cadera y piernas bien torneadas, que por las muy bustonas pero descaderadas.
--No es que sea fea, pero tiene algo así como un aura oscura. Le doy más importancia a eso, con todo y su buen trasero. No me gusta su risa y tampoco sus manos.
---Uy, qué exigente. ¿Acaso te fijaste en las manos de "Sexilia" antes de ligártela? Ni te acordaste de su risa y menos de que era nuestra maestra, lo único que viste fue una chica muy atractiva con buen cuerpo, ¿o no?
--De ella lo que me atraía era su rostro. Me enloquecen las caras ovaladas de ojos grandes y cejas pobladas. Pero con Ceci nunca tuve nada serio
---Ahora entiendo por qué te reprobó, ¿despecho de mujer?
--Sería largo de explicar, quizá ambos tuvimos miedo de involucrarnos realmente.
---Me late que ese miedo a enamorarte es porque aún la quieres, ¿verdad? A tu Ardillita.
--****
---El que calla otorga. Apuesto a que cada vez que haces el amor fantaseas con ella.
--Una de las muchas cosas que me fastidian de ti es que siempre tienes la razón, al menos en parte. Por eso te estimo tanto, y si de confidencias se trata, te diré que por eso no quise que fueras mi amante, no te mereces que estuviera viendo a otra en tu lugar.
---Eso sonó a canción cursi, pero te agradezco la sinceridad. Aunque te he de decir que ya lo sospechaba.
--¿Alguna otra duda? Toda consulta causa honorarios.
---Por hoy sólo una más. ¿Tienes alguna fantasía insatisfecha?
--Me da pena, pero te lo diré. Nunca he hecho el amor con una gangosa.
---¡No eres serio!.
--Me empezaste preguntando si besaba al hacer el amor. Y no, no lo hago porque me encanta oír las voces del placer, aunque me choque que me hablen en diminutivo. No imagino como serán los gemidos de placer de una gangosa.
---¡Basta! Además ya es muy tarde, hay que dormir. Otro día te tocará oír mis historias. Hasta mañana.
---Bueno, Buenas noches, espero que no hables dormida otra vez.
--***
---***
--¿En serio crees que tengo bonitos senos?

martes, 10 de marzo de 2009

Aforismo 1

Cuando mis besos y caricias
te provoquen cosquillas
en la palma de las manos

entonces

estaré listo para amarte.

jueves, 26 de febrero de 2009

incendio

fue tanto el calor de nuestro encuentro
que se incendió el lecho
nos consumimos entre orgasmos
y como dos fénix renacimos
purificados, mejorados y más sabios
para seguir amándonos

viernes, 20 de febrero de 2009

Primavera

Cálidos días
que acortan las faldas
¡yo los celebro!